REDENTORISTAS
El día 22 de abril del año 1879 se ponía en Miranda de Ebro a pública subasta el convento benedictino de Nuestra Señora del Espino. Se presentaron a la puja dos contrincantes: un vecino de Ameyugo que proyectaba levantar con los sillares del Espino un hotel en el balneario de Sobrón, y un vecino de Miranda de Ebro que pretendía el antiguo monasterio para entregarlo a los Redentoristas.
HISTORIA
El origen de este santuario-monasterio se halla envuelto entre celajes de milagrosa leyenda y de historia documental. Una aparición milagrosa Era una radiante primavera “del día siguiente de Santa María de marzo del año 1399” cuando tuvo lugar la aparición de la Virgen sobre un corpulento espino, acompañada de un mensaje, cuyo texto original está recogido en documento oficial:
“En Santa Gadea, a veinte y cinco días andados del mes de abril, del Nascimiento de Nuestro Señor Jesu-Christo, de mil y trescientos y noventa y nueve años… Siendo presente Juan Martínez, escribano y notario de nuestro señor rey, y de los tesigos de iuso escritos, paresció presente un mozo de dicha villa, el qual avía por nombre Pedro, fijo de Iñigo García… e dixo: que el jueves siguiente al miércoles de Tinieblas, guardando el dicho Pedro las ovejas del dicho padre en el término, cerca del dicho lugar (iglesia que se llama de San Millán), que le pareciera súbitamente una Dueña muy resplandeciente, en tanto grado que buenamente no la podía mirar.. . y que le dixera que la visión que él avía visto, que la dixesse y publicase… que por todas partes supiessen cómo ella era la Virgen María en persona glorificada , la qual era aquella que él avía visto sobre el Espino. Que era allí un lugar que se llamaba Montañana de Yerma… que toda la iglesia y cementerio y todo su circuitu vañado en sangre de los gloriosos Mártires que allí avían padescido; y porquanto la memoria de este Misterio iba pereciendo… mándote que disgas cómo la voluntad de mi Hijo Glorioso es que sea edificado aquí un convento de la Orden de San Benito, con la cual memoria sea resurgido este secreto. Y mándote que digas que todas las gentes que vinieren e embiaren ayudas para edificar la Iglesia y Convento… sus personas y casas serán amparadas y guardadas en cada hora que con gran devoción en mí se encomendaren en remembranza de mi Aparición en este Espino…”